Atascada.
Ese era el adjetivo que necesitaba desde hace meses.
Después de meses en el limbo existencial, un curso de coaching, múltiples sesiones con mi pareja favorita, dos brunchs, una cita y dos cafés con mi exjefa pensar en cómo vivir una vida con propósito que realmente llene mi corazón se volvió parte importante de mis sábados por la mañana.
Ahora que estoy a meses de renunciar a mi trabajo, a punto de aceptar una oferta en un startup #quiénlodiría y ansiosa por salir del país, siento que octubre será diferente.
Una buena lavada cabeza, para iniciar en blanco
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