De un tiempo para acá me siento sola.
Qué sensación tan r e f r e s c a n t e...
Será que en el silencio y soledad no hay más remedio que escucharse a sí mismo?
Vengo escuchando mis reproches una y otra y otra vez, solo para darme cuenta que aunque Dios me ha perdonado, quizás nunca pueda hacerlo yo misma.
Espero estar equivocada y poder encontrarme en silencio a solas.
Ahora que lo pienso, una mudanza no me vendría mal.
Qué sensación tan r e f r e s c a n t e...
Será que en el silencio y soledad no hay más remedio que escucharse a sí mismo?
Vengo escuchando mis reproches una y otra y otra vez, solo para darme cuenta que aunque Dios me ha perdonado, quizás nunca pueda hacerlo yo misma.
Espero estar equivocada y poder encontrarme en silencio a solas.
Ahora que lo pienso, una mudanza no me vendría mal.
Había una vez una niña no mujer que se encontró con la luna en sus manos.
Era tan hermosa, grande y brillante que sus ojos lagrimeaban al verla, no esperaba tenerla entre manos tan pronto.
Entonces no lo pensó dos veces y guardo a la luna debajo de la cama, ahí donde no pudieran verla sus padres y donde su brillo no pudiera notarse hasta que ella misma olvidara su existencia.
Pasado un tiempo, Luna se cansó de esperar ser descubierta y saltó al cielo por la ventana del cuarto.
Luna prefirió estar sola en el espacio, que oculta en las inseguridades de la niña.
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