Luego de unos meses sorprendentemente románticos, nuestra soltera favorita descubrió que, más que hombres buenos, este mundo necesitaría de más de hombres a su altura -literal- para si quiera pensar en enamorarse de nuevo.
Resulta que en este momento su vida de soltera era más emocionante que cualquier relación formal, toda la inversión de tiempo y emociones era de por sí demasiado sacrificio como para intentarlo con solo un buen chico. Se necesitaría de EL HOMBRE para si quiera evaluar comprometer sus redes sociales.
El amor inocente y transparente de D. no fue suficiente para olvidarse por completo de su ex -últimamente mal llamado por su subconsciente Mr. Perfecto #puaj-.
Frente a ese daño colateral, había decidido dar marcha atrás y refugiarse en sus amigos. Quizás una de las cosas más interesantes que María Cristina había descubierto era que, de santa tenía solo el nombre.
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