Quién lo diría,
llegaste justo cuando estaba por partir y jamás pensé que haríamos este viaje juntos.
No buscaba nada en aquella estación, aprendí a la mala que nadie era permanente y que finalmente todos estamos de paso.
Todo estuvo bajo control,
hasta que me besaste, Francisco.
Y cuando lo hiciste, mi mente volvió sobre mis pasos y pude entenderlo:
Cada tropiezo, salto, trote y baile me llevó a este momento. A tenerte de frente, a poder aceptar que me gustas y a estar lista para quererte.
¿Realmente te conozco desde tan poco?
Qué más da.
Vamos a intentarlo, Fran.
Ambos lo merecemos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias :*